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¿Cómo contribuyen los miembros de APC a mejorar la vida de su comunidad? En esta columna, destacamos las historias de impacto y de cambio de nuestros miembros, con el apoyo de los subsidios de APC. Arid Lands Information Network promueve el intercambio de información y conocimiento en las comunidades rurales de Africa oriental para poder alcanzar así la seguridad alimentaria.
El objetivo de Arid Lands Information Network (ALIN) es brindar apoyo a las comunidades para que puedan conseguir la seguridad alimentaria. ALIN se unió a la red de APC en 2003. Su trabajo consiste en brindar información práctica y útil sobre agricultura sustentable y ambiente a través de las tecnologías de información y comunicación (TIC) en zonas rurales de Kenia, Uganda y Tanzania.
A partir de su trabajo de promoción de algunos de los principios claves de la Declaración africana sobre los derechos y libertades en internet, ALIN también se volvió una voz relevante entre los defensores y defensoras del acceso para las comunidades que no cuentan con buenos servicios de conectividad a internet. Participó en eventos y foros locales y regionales para compartir e intercambiar sus experiencias en la promoción del acceso a internet para la defensa del acceso, entre otros el Foro sobre la libertad en internet en Africa (FIFAfrica). Compartieron sus conocimientos en FIFAfrica 2017 y FIFAfrica 2018, destacando los desafíos y los éxitos de su trabajo en relación a la libertad en internet y los derechos humanos.
Intercambio de información en las comunidades de las tierras áridas
“Hoy en día, el acceso al conocimiento equivale, en buena medida, al acceso a las TIC”, declaró ALIN en entrevista con APC. “Sin embargo, el acceso sólo se puede conseguir si se realiza un esfuerzo conjunto entre los sectores público y privado a fin de aprovechar este potencial desarrollando capacidades e infraestructura para conseguir el acceso a voz y datos en las zonas rurales”.
Con este objetivo en mente, ALIN inició sus actividades de intercambio de información con las comunidades de las tierras áridas de Africa oriental en 1988, con la primera edición de la revista Baobab. El nombre Baobab se inspira en la resiliencia del árbol y su presencia universal en las tierras áridas de Africa. La revista publica desde entonces información práctica y útil sobre prácticas de desarrollo, con el foco en cuestiones agrícolas y ambientales. Desde entonces, se publicaron unas 60 ediciones que alcanzaron a unos 2,5 millones de trabajadores y trabajadoras del desarrollo en África.
En 1999, ALIN asumió la necesidad de integrar la tecnología en sus actividades de gestión de conocimientos y se alió a la World Space Corporation para utilizar receptores de radio satelital a fin de brindar acceso a voz y datos en lugares que no contaban con conectividad a internet. ALIN gestionó con éxito la Open Knowledge Network (Red de conocimiento abierto, OKN, por su sigla en inglés), un sistema realizado para establecer vínculos entre la información de las comunidades de base y las iniciativas de intercambio de conocimientos, para promover así la creación y el intercambio de contenidos locales utilizando TIC.
Para garantizar que las comunidades puedan usar estas herramientas a fin de cubrir necesidades específicas tales como salarios, compromiso cívico o educación, ALIN inició comunidades de práctica que se conocen como Centros Maarifa (“Centros de conocimiento”). Se trata de espacios públicos que ofrecen herramientas digitales tales como computadores, conectividad a internet y servicio de biblioteca. Gracias a este tipo de servicios, la organización facilita la inclusión digital de las comunidades más vulnerables y moviliza acciones colectivas en áreas del desarrollo, como la justicia y la sustentabilidad ambiental, mediante la creación y el intercambio de conocimientos.
En 2017, el equipo desarrolló un Centro educación, negocios e información comunitaria en el condado de Samburu, Kenya. El centro se dedica a promover el acceso a la información y la creación de oportunidades empresariales para las comunidades vulnerables. El gobierno del condado, que es socio del proyecto, también utiliza el centro para sus actividades de desarrollo.
Una biblioteca digital para ayudar a las “débiles comunidades de práctica”
Con el apoyo de un subsidio de APC, ALIN consturyó en 2018 una biblioteca digital para reunir, gestionar, inventariar y distribuir dispositivos digitales entre las comunidades cercanas al centro Ng’arua Maarifa del condado de Laikipia, en Kenia. La biblioteca fue una forma de compensar lo que ALIN llama “comunidades débiles de práctica” de zonas rurales, debido a la falta de acceso a información confiable. Cuenta con videos e información multimedia sobre agricultura, cambio climático y conocimiento técnico indígena.
“Este es un lugar remoto dondela gente no tiene acceso a internet. Queríamos compartir el conocimiento sobre las mejores prácticas en áreas clave, como la agricultura y la ganadería, y también educar a la comunidad en relación al cambio climático”, explicó Bob Aston, de ALIN. “Esperábamos que esas mejores prácticas se siguieran compartiendo en la región y que, con el tiempo, fueran adoptadas por otros/as”.
“Nos dio experiencia en lo que es posible”, agregó Aston, quien además subrayó que este trabajo preparó el camino para otras iniciativas, incluso un proyecto de fortalecimiento del acceso a la información con el gobierno del condado de Meru, también de Kenya. “Nos faltaban fondos para implementar el proyecto Ng’arua, de modo que esto no habría sido posible si no hubiésemos recibido el subsidio”.
Teletrabajo durante la pandemia de COVID-19 en Kenia
El trabajo de ALIN, al igual que muchos otros, se vio afectado por la pandemia de COVID-19. Con el apoyo de APC, la organización decidió realizar una investigación entre junio y agosto de 2020 sobre “Teletrabajo durante la pandemia de COVID-19 en Kenya” con el fin de apoyar la lucha de los actores del desarrollo contra la pandemia, poniéndolos en contacto con los recursos y conocimientos que hay en línea.
La investigación revisó las herramientas de TIC de uso más común. Algunos de los temas tratados fueron cómo utilizar dichas herramientas, que tipo de desafío implica la COVID-19 para las organizaciones y cuáles son las tecnologías de la comunicación más útiles para apoyar a las comunidades durante la pandemia. Quedó demostrado que el principal uso de las TIC para las comunidades es permitir el teletrabajo, seguido del intercambio de información y la comunicación personal. El estudio reveló también que el mayor desafío en lo que se trata de usar la tecnología de manera eficiente durante la pandemia es la asequibilidad de los dispositivos de TIC, junto con la disponibilidad y accesibilidad de los dispositivos.
Este artículo es una versión del relato que aparece destacado en Continuing the conversation: Lessons from APC sub-granting (Continuar la conversación: lecciones aprendidas del programa de subsidios de APC), un informe que presenta los resultados de entrevistas y encuestas realizadas a miembros y socios de APC que recibieron fondos del programa central de subsidios, cuya existencia se debe a la agencia Sida, y fondos otorgados a través de otros proyectos de APC y miembros del equipo interno que trabajan en el programa de subsidios.
¿Te ha inspirado este relato a plantar semillas de cambio en tu comunidad? Comparte tu historia con nosotros/as enviando un correo a: communications@apc.org.