Por AF Publicado en APCNoticias Montevideo,
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El proyecto Impacto 2.0 apoyó iniciativas que adoptaron diferentes abordajes del uso de la web 2.0 y de las redes sociales en línea para vincular investigación y políticas públicas. Bruce Girard, de Fundación Comunica y coordinador del proyecto que contó con el apoyo de APC, recorre en entrevista con APCNoticias algunos de los puntos destacados de la iniciativa.
APC: ¿Cómo y por qué se visualizó la necesidad de vincular la investigación con la generación de políticas públicas?
Bruce Girard (BG): Es una idea que existe desde hace muchos años. Siempre la gente que hace investigación ha pensado que tendríamos mejores políticas públicas si se basara en investigación o, mejor dicho, en evidencia. Muchas veces las políticas públicas se determinan por los contactos, los intereses privados de una empresa o de un político, o simplemente por razones electorales. Lo novedoso de este proyecto era más bien vincularlas a través de las tecnologías y no solamente a través de seminarios, libros, publicaciones, recepciones, etc, que es la forma más común de hacerlo.
APC: Introducir el componente TIC en la investigación…
BG: Si. Al hacer una investigación tenés varios problemas si querés incidir en la política. Una vez que tenés la evidencia o la información, tenés que comunicar esa información o tus propuestas a los tomadores de decisión. A veces no lo decimos muy bien. No es lo único, pero la forma en que nos comunicamos con los ministros es importante. Podés tener la mejor propuesta pero si no la comunicas bien no te prestan atención. La calidad de la propuesta también es importante. También importa qué relación tenés con los tomadores de decisiones. ¿Confían en vos? ¿Saben de tu trabajo? Hay formas de lograr tener una relación de confianza que incluya trabajar juntos, pasar tiempo en seminarios, intercambio de ideas, etc, pero eso es muy complicado. Si podés incorporar las TIC en el desarrollo de las relaciones, puede ser una forma eficaz de mantener la relación entre seminarios, por ejemplo.
APC: ¿Y como se logra la legitimidad de quien investiga o la confianza con el político para ser escuchado/a?
BG: En el proyecto empezamos con un marco conceptual sobre cómo la investigación puede tener más incidencia. Lo que hay que entender primero es el contexto político, porque tenés que proponer soluciones a los problemas que los ministros o los tomadores de decisión creen que tienen. Podés pensar que tienen otro problema, pero no sirve para nada una propuesta que resuelve un problema que ellos no reconocen.
Luego viene toda la cuestión de la evidencia. Las empresas hacen su propia investigación y producen evidencia que puede ser en contra de tus propuestas. Así que tenés que tener una evidencia pero también tenés que responder a evidencias que van en contra de tus propuestas.
Y el tercer elemento que hay que trabajar son los vínculos, las redes. ¿Cómo y con quién podés trabajar? ¿Quiénes son posibles aliados? ¿Quién tiene propuestas opuestas a las tuyas? Así que son esos tres elementos. Y en cualquiera de esos, pero sobre todo en el tercero, internet y las redes sociales son una buena forma de entrar en contacto con otras redes, con otros grupos, organizaciones e individuos que apoyen tus propuestas.
APC: Y también es un contacto más directo con el político…
BG: Si el político las usa, sí. Y cómo las usan es otra cosa. Por ejemplo, quienes están en Twitter todos los días ¿están solamente difundiendo información o también reciben? El político que tiene más presencia en Twitter en toda América Latina es Chávez, que tiene más de 3,500,000 seguidores y sigue a 17. O sea que Twitter no es una forma de comunicarse con Chávez sino una forma de recibir información de Chávez. Hay que entender la forma en que lo usan también.
APC: ¿Cómo considerás que ha evolucionado la relación entre políticas públicas e investigación desde que comenzó el proyecto?
BG: Queríamos entender cómo podemos usar esas herramientas para mejorar las relaciones. En varios proyectos se ha incorporado el uso de redes sociales y herramientas web 2.0 para mejorar la relación o para tener más incidencia. Uno de los mejores casos que está en el libro es el caso de Educación 2020 que fue un think tank chileno que tenía toda una serie de propuestas para mejorar la educación en Chile. Enfrentaban algunos problemas: tenían propuestas para mejorar la educación, tenían una meta que era que en el año 2020 el 20% de los/as chilenos/as más pobres tuvieran el mismo nivel de educación que el 20% más rico. Entonces, tenemos una meta, tenemos evidencia, tenemos propuestas: ¿cómo hacemos que el gobierno escuche nuestras propuestas? Hicieron una estrategia con múltiples tareas. Una de las cosas que hicieron fue comunicar las propuestas al público y había 80.000 chilenos apoyando las propuestas de Educación 2020. Ahora, ¿cómo usás esas 80.000 personas para que el gobierno abra la puerta y puedas explicar tus propuestas al Ministerio o al Parlamento? No es algo directo, como decir que por el uso de herramientas web 2.0 lograron cambiar la política educativa chilena. Simplemente lograron incorporar esas herramientas dentro de una estrategia completa que incluye reuniones, seminarios, a un costo accesible. Esa también es una de las posibilidades que da internet: todo a precio más accesible.
APC: ¿Cuáles son los mayores desafíos de inclusión de la investigación en la creación de políticas? ¿Qué rol juegan internet y las TIC para asumir esos desafíos?
BG: El primer desafío es que te escuchen. El segundo es que puedas comunicar de una forma que llegue a la persona y que las propuestas sean entendidas. Y el uso de las redes sociales permite una comunicación más permanente. Al hablar con el público hay mucho feedback. Pero no hemos logrado realmente que algún ministro o alguna persona de alto nivel entre en comunicación permanente y fluída con un investigador.
APC: El lobby entonces sigue siendo muy importante además…
BG: Sí, totalmente. En la investigación que hicimos encontramos que las herramientas se pueden usar de tres formas. Primero, como en el caso chileno, con una campaña pública que apoya las propuestas del centro de investigación, de un investigador o de un think tank.
El segundo, era más bien una colaboración con el gobierno en el área de las consultas públicas. En el caso brasilero, un think tank de la sociedad civil trabajó en forma muy cercana con el Ministerio de Justicia y con el público para llegar a tener un borrador de una ley sobre internet, con participación de 2.500 brasileros. Hicieron una audiencia pública, todo un proceso participativo de discutir la ley, de recibir comentarios, de tener una interacción permanente entre ciudadanos y ciudadanas, y entre ellos y el Ministerio de Justicia. Normalmente un proceso participativo de esa forma se hace con reuniones, con audiencias públicas pero Brasil es un país bastante grande y hacer una audiencia pública quiere decir que todo el mundo tiene que ir a Brasilia a participar de una reunión en una sala (donde hay lugar para 500 personas) con dos días para escuchar las opiniones de esas personas. Si no usás herramientas como internet, por problemas de distancia, de geografía y de tiempo, es imposible realmente consultar con 2.500 personas como ellos hicieron. Y lograron hacerlo bastante bien.
En el tercero, lo que se intentó hacer fue establecer relaciones entre investigadores y tomadores/as de decisión, simplemente para construir confianza entre ambos. Porque uno de los desafíos más importantes es si el ministro te presta atención o no. En eso las conclusiones del proyecto no son muy definitivas, porque el proceso de construir confianza es un proceso de largo tiempo y, en un proyecto de un año, ni pensábamos en tener una conclusión definitiva.
APC: De los países participantes, ¿cuál tiene un ámbito más propicio para conseguir esa relación con los decisores de las políticas y cuál el menos propicio? ¿A qué crees que se debe?
BG: Creo que Brasil tiene mucho potencial. Primero porque el gobierno entró en el tema. En un país de 200 millones de personas es difícil la comunicación, pero el gobierno ha decidido que va a entrar en eso con un nivel de seriedad impresionante. En otros países es más complicado. Una de las cosas que encontramos es que en varios países el gobierno no permite que los funcionarios públicos tengan acceso a las redes sociales. Cuando estaba trabajando con DIRSI por ejemplo hicimos encuestas con SurveyMonkey, enviamos la invitación a participar de esas encuestas a funcionarios públicos, a gente del sector privado, a ONG, etc, y solamente después nos dimos cuenta que muchos de los funcionarios públicos simplemente no tienen acceso ya que está bloqueado técnicamente el acceso a SurveyMonkey en el lugar de trabajo. Por ejemplo, en el caso de Perú el laboratorio nacional que fue parte del proyecto Impacto 2.0, hizo un grupo en Facebook, colgaron videos sobre sus posiciones en YouTube, etc, y en algún momento el comité del Congreso responsable de políticas públicas en telecomunicaciones llamó a nuestro punto focal en Perú (Jorge Bossio) y lo invitó a participar de una sesión de ese comité porque dijeron “entendemos que hay algo que está pasando en las redes sociales sobre ese tema y nosotros no tenemos acceso desde el Congreso”. Entonces Jorge fue a explicarles la posición de la sociedad civil. Es muy complicado en ese caso ya que si los funcionarios públicos o si los propios diputados no tienen acceso desde su lugar de trabajo a esas herramientas de internet, ahí las posibilidades futuras son un poco limitadas.
APC: ¿Qué fin persigue el libro que lanzaron? ¿A qué público apunta? ¿Cómo va a ser la difusión?
BG: Apunta más bien a investigadores. Vamos a imprimirlo, sale en inglés y en español. Todos los centros de investigación del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo van a estar concientes del libro y van a poder empezar a pensar en cómo pueden hacer uso de esas herramientas para mejorar la relación con quienes toman las decisiones y tener más influencia. No digo que los centros de investigación deban determinar las políticas. Las condiciones políticas son también muy importantes, no solamente la evidencia.
APC: ¿Tenés algún punto a destacar o recomendación para quien quiera seguir trabajando en el campo?
BG: Simplemente que hay mucha resistencia de todos los actores, dentro de los ministerios y de los propios investigadores también. Como que ‘si estamos en Facebook no estamos trabajando’, ‘si estamos en internet en un programa de comunicación, en una red social, eso no es trabajo’. Pero creo que esa resistencia está desapareciendo por varias razones. Una, que la gente joven está subiendo en los niveles. Para los líderes del futuro es normal usar esas herramientas en su trabajo y es un cambio cultural que va a facilitar el trabajo.
Lo importante no es el uso de web 2.0 o de internet, lo importante es desarrollar una estrategia de comunicación. Lo que encontramos con este proyecto es que puede desarrollarse una estrategia de comunicación muy eficaz, que ofrezca acceso a los tomadores de decisión a un costo económico y con mucho menos tiempo que al establecer relaciones y mantener comunicación de las formas más tradicionales. Podemos aprovechar la economía que ofrecen.
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