Por Emmanuel Habumuremyi y Alan Finlay Publicado en APCNoticias JOHANNESBURG,
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La elaboración de políticas relativas a las tecnologías de información y comunicación (TIC) es, entre tantas otras cosas, algo simbólico sobre todo en los países pobres. La visión se basa en el ascenso social y en una supuesta nueva edad de oro de posibilidades gracias al despliegue de tecnología. A veces esas promesas se pueden ver como fantasías, sobre el telón de fondo del tendido real de cables, la puesta en órbita de satélites y la consecución de inversiones de miles de millones de dólares que no explotan a los pobres.
Sin embargo, las políticas son lineamientos necesarios para el desarrollo de legislaciones y regulaciones claras, en particular cuando están basadas en consideraciones prácticas. Y en el ámbito de la comunicación moderna, que se mueve con la inercia de los cambios rápidos y la innovación, es necesario tener mano dura para que un país se mantenga en la senda del desarrollo sustentable y equitativo, a fin de que todos y todas puedan aprovechar los beneficios que brindan las TIC. Vale la pena aclarar: cuando hay dinero en juego, la gente común tiene mucho para perder.
Rwanda en el corazón de la fiebre de la banda ancha
Rwanda – sombra de un país pobre y sin salida al mar, situado en África oriental, y que todavía se lame las heridas provocadas por el genocidio de 1994 – es aclamado en la región por su alto compromiso y su enfoque integrador del desarrollo y despliegue de TIC. Su Visión para 2020, por ejemplo, destaca el potencial de las TIC para el desarrollo socioeconómico en zonas urbanas y rurales, y esa fue la guía para el desarrollo económico y la estrategia de reducción de la pobreza que vio el país últimamente.
Como si fuera un reconocimiento a ese compromiso, Rwanda también fue elegida por sus pares como sede del proyecto multimillonario del Cable submarino de Africa oriental (EASSy). Y a medida que crece el potencial de negocios viables en el sector de las TIC, aparecen nuevos actores en el mercado.
Las oportunidades y expectativas que son consecuencia de la fiebre de banda ancha de África van en aumento. Se están planeando o terminando varios cables submarinos de fibra óptica en el continente – y Rwanda no se perderá esta oportunidad. El gobierno se ha dedicado al tendido de cables de fibra óptica junto con las principales rutas del país. La primera etapa, que cubrió 134 km, ya estaba en marcha el año pasado. Se transportará internet tierra adentro a través de tecnologías inalámbricas, partiendo del tronco principal de fibra óptica. Se dice que la combinación de infraestructura troncal de fibra óptica y WiMAX, que opera a 3,5 gigabits por segundo, cubrirán a todo el territorio nacional, convirtiendo a Rwanda en el país más “cableado/conectado” de África oriental. La empresa comercial de energía Electrogaz también decidió establecer una red privada de fibras ópticas en paralelo con esa otra red.
Hasta 1994, el servicio de telecomunicaciones de Rwanda había sido utilizado sobre todo por el gobierno; pero el período posterior al genocidio de ese año marcó el momento de un cambio fundamental en el las comunicaciones, ya que el gobierno lanzó una estrategia que apuntaba a incrementar la conectividad como forma de estimular el desarrollo. Esto implicó cambiar el funcionamiento de la empresa de telecomunicaciones Rwandatel, que en ese momento era estatal, y alterar la estructura de mercado de las TIC. Además, se creó un organismo regulador independiente, Rwanda Utility Regulatory Agency (RURA – Agencia reguladora de utilidades de Rwanda), usurpándole el rol regulatorio que había asumido el operador dominante hasta entonces. El gobierno trabajó en un marco nacional para el desarrollo del sector que comenzó con un taller nacional de TIC en 1998. La consecuencia de ello fue la Política socioeconómica integrada liderada por las TIC que adoptó el Gabinete de ministros y el Plan Nacional de Infraestructura para la Comunicación y la Información (NICI, por su sigla en inglés). El plan debía implementarse por etapas de 5 años, concentrándos een un punto diferente cada vez.
El tendido de fibras ópticas significa el ingreso de nuevos integrantes al mercado
Terracom, la empresa que ganó la licitación de Rwandatel durante el proceso de privatización impulsado por el gobierno, obtuvo la licencia para brindar servicios de telecomunicaciones incluyendo líneas fijas y móviles, voz sobre protocolo de internet y servicios de datos. La compañía fue la primera que se dedicó al tendido de cables de banda ancha. Desplegó más de 140 kilómetros de red troncal de fibra óptica, incluyendo el anillo de Kigali, y un vínculo a la red troncal nacional que conecta a Kigali, Gitarama y Butare. A fines del Plan NICI 2005, la empresa había planeado el tendido de 265 km de fibras a nivel nacional.
Antes de junio de 2004, los proveedores de servicios de internet estaban utilizando operadores internacionales para el transporte de su tráfico local e internacional. El alto costo de conexiones satelitales y las demoras de conexión hicieron que la situación fuera insoportable, y limitaron el crecimiento de internet en Rwanda. Pero, a pesar del estado de fragilidad relativa del sector de las TIC en el país, los nuevos actores están avanzando rápidamente hacia el mercado de la banda ancha y en el aire parece haber bastantes oportunidades de negocios aparentemente lucrativos.
Los principales beneficiarios del servicio de banda ancha son del sector privado: los bancos y las compañías de seguros que tienen sedes en todo el país. El sector público sigue teniendo poco servicio debido al alto costo de acceso, así como el bajo nivel de uso. Las organizaciones del desarrollo, como Naciones Unidas entre otras, también son importantes clientes de banda ancha, ya que tienen varios socios de sus programas en todo el país y necesitan intercambiar información en forma eficiente.
La ausencia de políticas se interpone en la senda del crecimiento
El crecimiento de la banda ancha significa una serie de desafíos que incluyen el alto costo de acceso y el escaso uso de las TIC para las operaciones comerciales. Pero uno de los principales sigue siendo la ausencia de políticas claras de banda ancha en el país, que sirvan para conducir su desarrollo y ofrecer lineamientos regulatorios para que RURA adopte las medidas necesarias.
NICI es un plan pero no una política y, sin duda, no es una política de banda ancha. Una política de banda ancha no sólo crearía un marco para que existieran mecanismos e incentivos a fin de incrementar el número de clientes, sino que también aseguraría que se beneficiara la mayor cantidad posible de personas de la manera más equitativa posible. Por ahora, RURA ha elaborado una serie de lineamientos sobre calidad de servicio para ofrecer internet por banda ancha y una encuesta.
¿Quiénes se beneficiarán de la banda ancha?
Es importante establecer un marco que permita una competencia libre y justa en el mercado. Una solución que aportaron la sociedad civil y otros actores es una red comunitaria con base en los principios del acceso abierto. Esto es acorde a la política de descentralización del gobierno, que apunta al fomento de una participación comunitaria y proactiva en la toma de decisiones. Así se permitiría que todos los operadores tuvieran un acceso justo a las redes de banda ancha, en lugar de alentar la formación de monopolios debido a la propiedad del cable, forzando la competencia a nivel de los servicios.
Los desastrosos efectos de los monopolios del cable ya se vieron en Sudáfrica, por ejemplo, que durante años luchó para reducir el costo del acceso a internet controlado por Telkom. En una red de acceso abierto, los precios se basan en el costo y todos los proveedores brindan tarifas comunes de interconexión.
Sólo se verá la intención y el compromiso del gobierno de Rwanda con sus propios objetivos en la orientación que dé al creciente potencial de la banda ancha de alta velocidad y al modo de negociar con intereses que a veces compiten entre sí. Como todos los países en desarrollo, Rwanda deberá hacer opciones arduas entre la inversión económica de las multinacionales y las restricciones de los mercados abiertos que servirán para cumplir con metas universales, y un campo de juego nivelado y preparado luego del tendido de fibras ópticas. En algunos aspectos, llegó la hora de la verdad: sin un modelo claro de negocios que involucre a la comunidad en el despliegue y los servicios de TIC, ¿quién será el/la principal beneficiario/a cuando todo vuelva a la calma?
Este artículo se escribió como parte del proyecto de APC Communication for influence in Central, East and West Africa (CICEWA), cuyo objetivo es promover la incidencia a favor de un acceso asequible a las TIC para todos y todas. CICEWA se propone identificar los principales obstáculos politicos para la ampliación del acceso asequible a la infraestructura de TIC en África e incidir para que se eliminen, con el fin de crear una plataforma segura para la conectividad subregional en Africa oriental, occidental y central.
Nota : este artículo fue escrito en el marco del proyecto Comunicación para la influencia en África Central, Oriental y Occidental-, con el fin de promover la incidencia porun acceso a las TIC para todos y todas. CICEWA busca definir los obstáculos políticos que impiden un acceso asequible a la infraestructura de las TIC en África y exigir su eliminación, con el objetivo de crear una plataforma sólida para la conectividad subregional en África Oriental, Occidental y Central.
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